lunes, 6 de octubre de 2014

Inicio de curso a lo grande: Santi Taura.

Después del parón empezamos este nuevo curso con un restaurante sobre el que llevaba tiempo queriendo escribir en el Blog: Santi Taura. Tras un mes de inactividad blogera (Que no gastronómica) poder inaugurar esta nueva temporada, la segunda del blog, cenando en el cada vez más citado, recomendado y reseñado restaurante de Lloseta es un auténtico lujo. Muchas gracias a Neus y Josep por gestionar la reserva y conseguir la mesa pero sobretodo, gracias por su compañía y la de Juana María que junto con mi mujer completaron el elenco de personas con el que pasé una extraordinaria velada epicúrea. El restaurante Santi Taura es uno de los tesoros gastronómicos que tenemos en Baleares. Una cocina desprendida de convencionalismos y alejada de los corsés de la Nouvelle Cuisine que busca la sorpresa del comensal en todo momento y es capaz de satisfacer a los paladares más exigentes. Si a todo esto le sumas una buena materia prima que sirve de base para elaborar platos que siempre dejan un regusto a recetas de nuesra tierra mallorquina a un precio más que asequible, no te sorprende que en el ranking que publicó este verano el magazine "Fuera de Serie" con los 50 restaurantes con mayor lista de espera de España, Santi Taura ocupara la segunda posición con los mismos meses que el primero, El Celler de Ca'n Roca (11 meses). 

El menú empezó con "Nuestra croqueta". He de decir que no probaba una croqueta como esta desde que estuve el el Echaurren. Textura líquida por dentro, crujiente y muy consistente por fuera; la mejor manera de empezar. El primero de los tres aperitivos consisitió en una "Berenjena mallorquina asada, miso y garbanzo mallorquín". Emplatado original y un juego de texturas increíble en donde contrastaba  de manera sorprendente el sabor de la berenjena con el garbanzo.

A continuación tomamos una pasta fresca con lechona, calabaza, cinco especias y su jugo del asado. No era la primera vez que probaba la combinación de pasta fresca con lechona (Ottimo de Palma) pero en esta ocasión a diferencia de las otras veces que he probado este plato, las cinco especias le daban un toque de sabor muy necesario en un plato de estas características que, de otra manera, hubiese quedado algo falto de sabor.

El último aperitivo fue el mejor de los tres y puede que uno de los mejores platos de la noche. Calamar "a la bruta" salteado con sobrasada, ajo, salsa de tinta, cebolleta, patata poblera y puré de pimientos rojos asados.  Lo mejor, sin duda, la textura del calamar, una suavidad extrema que combinaba a la perfección con el puré de pimientos rojos y la sobrasada que le confería un matiz fuerte de sabor que rompía la uniformidad de la salsa de tinta.

El final de los tres entrantes dio paso a los dos platos principales. Empezamos con un Rodaballo con pancuit de galletas de inca, almendra mallorquina, tomatitos y azafrán. Una vez más, un plato de contraste. Cocción perfecta del rodaballo y muy agradable el toque de azafrán. No hubiese pasado nada si no hubiésemos puesto la galleta de inca.

Para acabar los platos principales, una carrillera de ternera con "Peix de la terra" y puré de coco, cacahuetes y curry rojo. Una manera perfecta de acabar la segunda parte del menú. No tengo palabras para la textura de la carrillera; excelente. La salsa no fue el punto fuerte del plato, tal vez porque esté acostumbrado a tomar la carrillera con salsas ligadas en su propio jugo.


El maridaje inicial del menú fue un Brutus, muy bien escogido por el sumiller. Un vino D.O. Mallorca (Vino de la tierra) con dos variedades de uva, Syra y Gargollassa en partes iguales. Color rojo picota de capa media-alta, tono rubí lágrima densa. Un vino que acompañó muy bien los entrantes y el rodaballo pero que quedó eclipasado por uno de los vinos que más me ha impactado en estos últimos meses: Gallines i Foques. No me voy a extender aquí porque le dedicaré un post en la sección de la bodega. Si este vino maridó bien con la carrillera, su combinación con los quesos que probé, cuidadosamente seleccionados por Santi, fue sublime.

Trato amable, servicio perfecto, ambiente agradable, una carta de vinos y ginebras que sale de lo común y una cocina espectacular... ¿Para cuándo una estrella michelín? Los que conocemos a Santi sabemos que antepone su creatividad, su visión de la cocina y su concepción del restaurante a ningún otro criterio. Si bien no tiene una carta fija que le permita distinguirse por un plato o platos "estrella", tiene un sello propio en todos su menús degustación que rota semanalmente: La pasión por Mallorca, sus ingredientes y sus recetas, perfectamente combinados con una cocina de vaguardia y en donde nunca falla la presentación de sus platos y la calidad de los mismos. Espero que en breve, Santi Taura se sume a el pequeño y distinguido grupo de restaurantes que están siendo disitnguidos por la Guía Michelín sin una carta fija, con menús degustación que rotan semanalmente y cartas de vino que huyen de "Lo de siempre" y van "A lo sorprendente". 

Restaurante Santi Taura
C/Joan Carles 48. 07360-Lloseta
Preció menú sin bebida: 35€
Precio medio con bebida, copa y café: 50€

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