miércoles, 14 de enero de 2015

2014 punto y seguido

Lo de estas navidades ha sido gordo. Bien es cierto que hace algo más de un año El Epicureo todavía no era una realidad. Por primera vez me he visto desbordado a la hora de poder escribir semanalmente en un perido como son las Navidades. Os aseguro que no ha sido por falta de manteles y comidas, de gratas experiencias y de experiencias mejorables. El último mes de 2014 hubiese podido llenar el blog a diario pero al final creo que es mejor dejarlo todo en un simple epíteto: 2014, un año Epicúreo. Gracias a todos por vuestra fidelidad, vuestros comentarios, por seguirme en Twitter y por animarme a que cada día siga construyendo este blog para la gente que, como yo, disfruta de los momentos que se crean entorno a un mantel, una buena compañía y una buena cocina. Atrás quedan viajes a La Rioja, la comida en Echaurren, en Santi Taura la deliciosa parrillada de pescado en Ca's Patró March, las cenas organizadas en el Círculo Mallorquín, las fantásticas pizzas de Ca s'Arquitecte el encuentro de periodistas y blogers gastronómicos en Fórmula Scwvaiger, mis arroces de verduras y Bacalao y el descubrimiento de los más hondos secretos de la cocina mallorquina de la mano de Pep Riera en Monnaber o de la Acadèmia de la cuina i el vi de Mallorca entre otros. 2014 también ha sido el año Behike, lo degusté por primera vez de la mano de Javier Chicote (¡Muchas gracias, Javier!) mi gran maestro iniciador en el mundo de los habanos. 

2015 no se quedará atrás, ya estoy preparando los nuevos temas y las nuevas visitas: Ca na Toneta, Micelis, Simply Fosh y el Bohio figuran en agenda así como una meditada y sopesada opinión sobre las bodegas Devinssi. No faltará tampoco una mención a los habanos de Hector Luis Prieto Díaz, hombre habano y artífice del mejor habano que he probado el último año y con el que inicié el 2015. Hablando de los inicios de 2015 tengo que hacer mención específica a la velada epicúrea con la que también he iniciado enero en casa de mi buen amigo Guillermo Dezcallar, esa fondue en la bodega de la familia solo se vio superada por los caldos que degustamos (Enorme Club cosecheros) y la compañía que fue inmejorable. Inmejorable también el tour gastronómico con nuestros amigos Javier y Carolina y mi pequeña Carlota. A destacar de esos días de visita, sin duda, la Bodeguilla de San Jaime que sigue sin fallar y la gran sorpresa de este inicio de año, Ca'n Ribes en el puerto de Sóller. Sobre todo ello llenaremos páginas del blog estos primeros meses. ¡Feliz 2015 a todos!

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